martes, 17 de agosto de 2010

El legado ético de San Martín

Hoy, al cumplirse otro aniversario de la muerte de don José Francisco de San Martín, desde NdA queremos rendirle homenaje a uno de los símbolos máximos de nuestra Patria... no de la "patria chica" a la que nos quisieron acostumbrar los Profetas del Odio, sino de la Patria Grande, la Patria con vistas hacia adentro y no hacia Europa, la que va desde el Río de la Plata hasta el Pacífico y desde el Río Bravo a Ushuaia.


Lejos de esa idea de un severo jefe militar, San Martín fue uno de los cuadros políticos más importantes que tuvo América, detrás de cada obra existió una idea de nación, una nación de libres e iguales. Se enfrentó con poco a un imperio e hizo mucho sin el apoyo económico y político del gobierno central en manos de Rivadavia (y con la venganza de este esperándolo en Buenos Aires), pero prefirió renunciar a la gloria antes que manchar su honor y su espada con la sangre de un hermano. Fue así que por no prestar su apoyo a los unitarios para enfrentar a los caudillos federales se debió exiliar en Francia.
San Martín demostró ser un cuadro revolucionario en las ideas y en la práctica. Así encontramos varias piezas escritas por él que son una enseñanza viva para las generaciones futuras

Sobre la conducta de un Ejercito formal, primero, y la convicción ética y moral que debe tener un Patriota el correntino redactó, entre otras cosas, lo siguiente:

- "La patria no hace al soldado para que la deshonre con sus crímenes, ni le da armas para que cometa la bajeza de abusar de estas ventajas ofendiendo a los ciudadanos con cuyos sacrificios se sostiene. La tropa debe ser tanto más virtuosa y honesta, cuanto es creada para conservar el orden, afianzar el poder de las leyes y dar fuerza al gobierno para ejecutarlas y hacerse respetar de los malvados que serían más insolentes con el mal ejemplo de los militares." José de San Martín, Cuartel General de Mendoza, 4 de septiembre de 1816. (Fuente: www.elhistoriador.com.ar)

-"Compañeros del Ejercito de los Andes (...) la guerra la tenemos que hacer del modo que podamos. Si no tenemos dinero, la carne y un pedazo de tabaco no nos va a faltar; cuando se nos acaben los vestuarios, nos vestiremos con las buletillas que nos trabajen nuestras mujeres y sino andaremos en pelotas como nuestros paisanos los indios: seamos Libres y lo demás no importa.
(...) Compañeros; juremos no dejar las armas de las manos hasta ver el país enteramente libre, o morir con ellas como hombres de coraje. (San Martín, Orden General, 27 de Julio de 1819).


¿Compañero? ¿Así ya llamaba San Martín a sus amigos y soldados? Ahora cierran muchas cosas en nuestra historia... ¿no?

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